Sara Santiago, fundadora y dueña de Arecibo Health Medical Equipment, es una mujer que ha dejado una huella imborrable en el mundo empresarial de Puerto Rico. Desde sus humildes comienzos en el pueblo de Lares, hasta convertirse en una exitosa empresaria en Arecibo; Sara ha demostrado una gran habilidad para adaptarse a los desafíos y convertirlos en oportunidades de crecimiento.
Sara nació en Lares, pero se trasladó a Arecibo a los 17 años para continuar sus estudios universitarios. Con una pasión por el servicio y una determinación inquebrantable, decidió estudiar educación en la Universidad Interamericana y luego administración comercial en la Pontificia Universidad Católica en Arecibo.
Sara nos cuenta cómo fue su vida durante estos años: “Me casé y tuve mis hijos. Mi esposo y yo formamos un proyecto que era una fábrica, era una fábrica de juguetes, de peluches, de muñecos… era la única fábrica de este tipo que había en Puerto Rico. Cumplimos 25 años en ese proyecto. Le vendíamos a todo Puerto Rico e Islas Vírgenes. También en Estados Unidos teníamos contratos para hacerle los muñecos y se los enviábamos. Pues yo estudiando me casé, teníamos la fábrica de peluches, pero en eso yo estudiaba y trabajaba, y tuve dos hijos. Todo eso en todos esos años. No fue fácil, pero se puede. Se puede si te gusta lo que haces, se puede”.
Con su experiencia en administración y el conocimiento de su esposo en el campo de la fabricación, Sara y su esposo lograron convertir su proyecto en un negocio próspero que duró 25 años. Sin embargo, como muchas otras empresas, tuvieron que enfrentarse a la competencia de productos importados, lo que eventualmente los llevó a vender su negocio.
A pesar de este revés, Sara no se desanimó. Después trabajó en un hospicio por varios años, pero el hospicio cerró y Sara quedó desempleada. Poco después, fue reclutada por una empresa de equipos médicos: “Me entrevistaron, y el entrevistador me dijo: ´Usted va a ser gerente de esa compañía en Arecibo y usted la va a formar´, y yo dije, ´Yo puedo´. Y lo hice. La compañía de Arecibo vendía más que la compañía matriz que ellos tenían. Y ese fue mi reto y mi éxito. Luego, tuve tanto éxito, que me llamaron de otra compañía, fui gerente en otra compañía de equipo médico. Y aprendí muchísimo. Y yo dije, pues ya sé, voy a formar mi propia compañía. Ya yo tenía a mis hijos, ya habían crecido, ya habían estudiado. Pues vamos, vamos a hacer la compañía y todo fue un éxito. Y se llama Arecibo Health Medical Equipment”.
Con el apoyo de su hijo, quien la animó a crear su propia compañía, Sara se embarcó en una nueva aventura. “Yo había comprado una casa. Era un edificio y en la parte de abajo había una casa. Yo dije, ahí vamos a empezar una oficina. No fue fácil, porque como esto [venta de equipo médico] es federal, hubo que sacar muchos permisos y números y esperar. Yo recuerdo que cuando me dieron los números y permisos, el primer equipo que había que entregar, yo le dije a mi hijo, ´Pues voy a entregar el equipo´ y mi hijo me dijo, ´¿Y si no te lo pagan?´ Y yo dije, ´Yo tengo fe de que me lo van a pagar. Y esto va a ser un éxito. Ya verás, ten confianza´. Y, así mismo fue. Entregué y vinieron muchos más. Y bueno, ha sido una compañía totalmente exitosa y así ha seguido”.
Además de Arecibo Health Medical Equipment, compañía que se dedica a la venta y entrega de equipo médico y médico-quirúrgico, Sara también es dueña de la Farmacia Marilú en Arecibo, la cual compró para ampliar el servicio que les ofrecía a sus clientes. “La Farmacia Marilú nace porque necesitaba que les dieran servicio a pacientes de máquinas de terapia, con medicamento. Yo le podía dar la máquina de terapia, pero no los medicamentos. Yo dije, ´Pues yo voy a comprar una farmacia´. Y compré una farmacia y ahí es que surge Farmacia Marilú. Y ahí vi que era bueno, aprendimos cómo funcionaba la farmacia porque yo no sabía cómo funcionaba, pero uno, poco a poco va aprendiendo y ya hace 19 años que la tengo. Y tengo 15 empleados en la farmacia”.
A lo largo de su carrera empresarial, Sara ha enfrentado numerosos desafíos y ha tenido que adaptarse constantemente a los cambios en el mercado. Desde la competencia de los chinos, hasta los cambios en la regulación gubernamental federal, ha demostrado una capacidad excepcional para superar obstáculos y encontrar soluciones creativas. Su tenacidad y determinación son un testimonio de su carácter resiliente y su compromiso con el éxito.
Durante nuestra conversación, Sara reflexionó sobre su viaje empresarial y el apoyo que ha recibido de parte de Oriental Bank. “Oriental siempre me ha ayudado, nunca me ha dicho que no. Siempre me ha dado la mano y ha creído en mí. Y yo le agradezco a Roy que ese siempre ha estado ahí, dándome la mano y ha creído tanto en mí.
Al principio, yo estaba en otro banco y no, no tenían esa confianza como para darme ese apoyo, esa confianza, no creían en mis proyectos, pero Oriental Bank sí. Oriental Bank me dio su confianza, me orientó, y siempre me ha dado la mano. Sí, se lo agradezco muchísimo a Oriental Bank”.
Sara destacó la importancia de seguir tus pasiones y creer en uno mismo, incluso cuando enfrentas incertidumbre y miedo. También enfatizó la importancia del servicio al cliente y la atención a las necesidades de la comunidad, valores que han sido fundamentales en su propio éxito. “¿Qué le puedo aconsejar a un nuevo empresario? Es que le guste. A mí me gusta servir y, por eso, yo creo que eso ha sido el éxito que yo he tenido porque me gusta servir a la gente; el servicio al cliente.
A mí me gusta oír a la gente, a mí me gusta la farmacia cuando la gente va y siente esa amistad…. Y oírlos a ellos, eso a mí me gusta, por eso es que lo que yo hago me gusta. Me gusta servirle a la gente”.
A lo largo de su vida, Sara ha demostrado que el éxito viene con sacrificio y dedicación, pero con determinación y perseverancia, se pueden superar todos los obstáculos. Su historia es un recordatorio inspirador de que, con la combinación adecuada de pasión, trabajo arduo y apoyo, cualquier cosa es posible. Y Oriental Bank ha sido un socio constante en su viaje hacia el éxito, brindándole el respaldo y la confianza necesarios para alcanzar sus metas empresariales.
“En Puerto Rico se puede hacer negocio, lo que pasa es que hay personas que tienen miedo y el miedo te para de hacer las cosas. Pero si te gusta, tú vas a tener éxito, sí. No, uno no puede tener miedo. Ante los retos, no miedo. Sí, y se puede, sí se puede”, concluyó Sara.