Es muy común que un médico aspire a ampliar su práctica para que sea más rentable. Sin embargo, los retos financieros que ello conlleva son diversos. Los mismos van desde reducción de honorarios por parte de las aseguradoras hasta la necesidad de comprar o arrendar equipo médico que requiere una inversión considerable y un mantenimiento constante. Por otra parte, la facturación médica y el uso de codificación (medical billings and coding) correcta para agilizar sus pagos, son solo algunos de los retos que deben superar aquellos médicos cuyas especialidades exigen una inversión constante en la adquisición de nueva tecnología con su correspondiente mantenimiento.
Dialogamos con tres médicos ejerciendo su práctica en Puerto Rico durante la pasada década sobre medidas tomadas para un mejor funcionamiento de sus oficinas. Junto a ellos evaluamos aspectos que podrían servir de guía a otros colegas que se inician en este debate o que se encuentran en una etapa de transición en el crecimiento de su práctica.
Atención a calidad VS volumen
“Hay que tener el cuidado de no sacrificar calidad por volumen” nos explicaba el radiólogo Pedro González Torres con oficinas en el Centro Internacional de Mercadeo en Guaynabo. Su especialidad en radiología de seno le exige adquirir equipos con un alto nivel de precisión y calidad en las imágenes que provee, por lo que es un área en la que no puede escatimar y que abarca desde “auto clave sterilizers“, equipos de imágenes digitales y ultrasonido, entre otros.
Rangos de inversión y mantenimiento de equipo
“En mi caso, un equipo promedio puede fluctuar entre $250 mil y $350 mil dólares. Eso puede apreciarse en equipos como hologic, considerado “state of the art” y otros que ofrecen imágenes 3D. En algunos casos pueden arrendarse a suplidores locales que mercadean equipos del exterior”, señaló González Torres al comentar sobre el dilema entre comprar o arrendar equipo médico. Sobre localidades de equipo médico(medical supply stores), el radiόlogo de 41 años de edad explicό que “casi todas las líneas que desarrollan este tipo de equipo, particularmente los de MRI o resonancia magnética tienen algún representante en la isla”, y mencionό como ejemplo a Philips y GE.
Los equipos de MRI y de ultrasonido, cuya efectividad está fundamentada en su nivel de precisión, deben adaptarse al ambiente donde van a estar operando. Su instalación requiere la labor conjunta de un equipo de ingeniería, el constructor o desarrollador de las facilidades y el médico.
“Son máquinas que siempre deben estar encendidas. No se pueden apagar. Por esta razón, sus costos de mantenimiento pueden fluctuar entre $6 mil y $7mil mensuales además de los costos de energía eléctrica. Lo mismo ocurre con los de CT (tomografía computadorizada) que pueden rondar los $3mil o $4mil mensuales. Además, la duración de estos equipos puede ser entre 10 y 15 años, según el uso y cuidado que se les dispense”, explicό González Torres cuyo entrenamiento, en el prestigioso hospital MD Anderson en Estados Unidos, requería la utilización frecuente de equipos de MRI. A los elevados costos de mantenimiento, se debe añadir el reclutamiento de técnicos radiológicos especializados, ya que serán éstos quienes estarán manejándolo diariamente, lo cual debe considerarse al calcular los costos de operaciόn.
Tecnología: Herramienta para mejorar el servicio al paciente
En la radiología, un diagnóstico incorrecto puede llevar a errores que podrían cobrar la vida de un paciente en forma inmediata. “Hay que asegurarse de la excelencia” es la consigna que González Torres aplica a todas las fases de interacción con el cliente. “Nuestros pacientes son por cita. A través de programas electrónicos como “the Right Answer“ programamos las citas y les enviamos los reportes por correo electrónico, tanto al paciente como a su médico referidor”.
“La Administraciόn Federal de Drogas (FDA) ha solicitado que los reportes de mamografía sean enviados en forma directa al médico que refiere cada paciente, ya sea por email, fax o por correo. En Puerto Rico solo se acostumbraba entregarlos al paciente” explica el galeno quien antes de esta exigencia ya acostumbraba hacerlo. Los referidos del plan de salud de la Reforma Gubernamental en muchas ocasiones carecen de la informaciόn sobre el médico que refiere, lo cual constituye un inconveniente en el procesamiento de los resultados.
Ante lo específica que debe ser cada factura a los planes médicos, y el hecho de que en la radiología de senos existe una amplia gama de cόdigos de facturación, admite que ha optado por hacer su facturación con personal interno en lugar de contratarlo externamente. Esto le reduce el porcentaje de facturas devueltas y le ha permitido especializar al personal, ya que asigna una persona para facturas de radiología general y otra para radiología de senos.
El reto del financiamiento
Para muchos sub especialistas de la medicina, la aprobación del financiamiento para equipo médico es un factor clave para decidir si se mantienen trabajando en un hospital, como integrantes de un grupo médico, o si establecen su propia oficina . Ese fue el caso del doctor Jan Kraemer, un anestesiólogo de 41 años especialista en manejo de dolor graduado de la prestigiosa universidad de John Hopkins. Cuando regresó a Puerto Rico en el 2010 procedente de Boston luego de completar su residencia, se enfrentó a la realidad de que para algunas instituciones financieras sus excelentes credenciales no bastaban para otorgarle el financiamiento que necesitaba. Le exigían un mayor número de activos.
“Al principio ningún banco me abría las puertas. Exigían que tuviera una práctica más amplia para asegurar un flujo continuo de ingresos y yo apenas comenzaba en Puerto Rico”, comentό Kraemer quien dividía su tiempo entre la Isla y Boston para asegurar un ingreso mínimo que le permitiera crecer. Su aspiración era tener sus propias facilidades con el equipo que requería su especialidad. Solo su primer fluoroscopio requería una inversión de $320,000. Los terrenos, la construcción de las facilidades y el equipo conllevaba una inversión de alrededor de $1 millόn. A los 10 meses de iniciar su práctica en Puerto Rico y luego de intentos fallidos con otras instituciones financieras, obtuvo el financiamiento a través de Oriental y con ello desarrolló el Centro de Manejo de Dolor en la Ave Domenech en Hato Rey. “Fue un acto de fe por parte de Oriental que agradezco infinitamente. Hoy tengo toda mi relación bancaria con ellos”, afirmό.
“La vida útil de mis equipos es de 6 a 7 años, por lo que trato de mantener un sistema de “backup” con varios de ellos. Desde muy temprano en la práctica, me di cuenta que era necesario no solo el préstamo comercial, sino financiamiento de equipo, cuenta para nόmina y por supuesto la cuenta comercial” , añadió Kraemer.
Puntualidad y educación continua
El éxito de su práctica lo atribuye a su celo por la eficiencia en costos y el servicio al paciente. “Mientras más pacientes tengo, más temprano llego. Trato de que las citas se ofrezcan tan rápido como la misma semana en que se solicitan. Como la mayoría de mis pacientes son de la tercera edad, el principal medio de comunicación es el teléfono.”, detallό Kraemer quien utiliza distribuidores locales para equipo médico que va desde “autoclave sterilizers” hasta papel de camilla y jeringuillas.
Su subespecialidad, que solo cuenta con unos 15 médicos en Puerto Rico y solo tres de ellos son anestesiólogos, le exige educación continua constante equivalente a unos 70 créditos o CMEs anuales.” Cada dos años debo hacer simulaciones con maniquíes para nuevos adelantos en la práctica, según se exige a los médicos “board certified” en Estados Unidos”, ampliό Kraemer.
Diversificación de servicios y outsourcing: Vehiculos para ampliar la practica
Para su colega, el gastroenterólogo Roberto Vendrell con oficinas hace una década en la Calle Carazo en Guaynabo, la inversión en equipos de colonoscopia y endoscopia pueden fluctuar entre $100 mil y $200 mil con la ventaja de que al equipo principal se le pueden ir reemplazando piezas, colonoscopios o endoscopios, según sea el caso. Con una duraciόn promedio de 10 años en los equipos modernos, puede invertir alrededor de $20mil anuales en mantenimiento, algo que en tiempos pasados era mucho menor y con una mayor duración de los equipos. La mayoría de estos equipos son de origen japonés. Vendrell menciona como ejemplo a Olympus, Pentax y Fuji, tres de las cuales cuentan con representaciόn en Puerto Rico.
“La nueva tecnología va trayendo mayor definición de imagen.”según Vendrell, así como nuevas herramientas para mejorar la comunicación y seguimiento al paciente en el cumplimiento con sus citas. “Utilizamos programas como “Amazing Chart” que además de ser récord electrónico, envía recordatorios a los pacientes” expresό el galeno de 44 años. A diferencia de sus colegas Pedro González y Jan Kraemer, prefiere contratar externamente los servicios de facturación médica para contar con un equipo que pueda suplir sus necesidades sin el riesgo de personal interno que deba ausentarse por diversas razones.
El crecimiento de su práctica lo vislumbra con la incorporación de otros profesionales de la salud que le permitan ampliar su ofrecimiento a pacientes en áreas como nutrición y psicología, lo cual impacta en forma directa el sistema gastrointestinal.
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