Conoce la experiencia de Farmacias Aliadas Romero con el Paycheck Protection Program de SBA.
Con distintos nombres y dueños, Farmacias Aliadas Romero lleva unos 100 años sirviendo a los comerieños. Su dueño actual, José Romero, trabaja incansablemente para que continúe así por muchos años más.
Romero compró la farmacia a sus papás en el 2009. A su vez, ellos la habían adquirido en 1972, continuando una trayectoria de atención a la salud del pueblo de Comerío. José ha extendido el compromiso convirtiendo a la empresa en un auspiciador continuo de actividades deportivas y culturales, “todo lo que aporte al bienestar comerieño”, explica. Su intención es sostener esa presencia en la comunidad a pesar de los retos del coronavirus.
Con una plantilla de 12 empleados, lo más difícil para el equipo de la farmacia ha sido manejar la incertidumbre relacionada con la pandemia, admite Romero. Son muchos los factores que han alterado la operación de la farmacia. “Esto ha sido un cambio drástico: la incertidumbre de si en algún momento se afectará el suplido de artículos de primera necesidad; los cambios en el horario de servicio por el toque de queda; el factor psicológico de saber que nos exponemos diariamente; el impacto en ventas en áreas no esenciales, como artículos de belleza”, detalla.
La respuesta del equipo ha sido mantenerse ágiles y precavidos. “Nos hemos adaptado al proceso. Somos proactivos y estrictos con los equipos de seguridad y la limpieza. Además, hemos triplicado los servicios de entrega en el hogar. También hemos hecho ajustes en consideración a los empleados, para que tengan tiempo para estar con sus familias”, enumera.
Paycheck Protection Program
Una de estas medidas fue solicitar al Paycheck Protection Program de SBA a través de Oriental. “Me mantengo informado de noticias de negocios locales e internacionales, así que estaba siguiendo las propuestas para este programa. Antes de que se publicaran las guías, ya había tenido una conversación con mi contacto en Oriental, para estar listos”, explica Romero.
“Una vez se publicaron las guías para solicitar, fue bien rápido. Oriental preparó una plataforma súper sencilla, con los criterios claros”. Añade: “Para mí que nuestro éxito tuvo dos factores: que yo fui bien proactivo en tomar la decisión, conseguir los documentos necesarios y dedicarle tiempo a esto, y la claridad del proceso con Oriental. Una vez se sometió la solicitud, mi contacto de Oriental estuvo en comunicación directa conmigo durante el proceso: por texto, por correo electrónico, por teléfono. Para mí fue una sorpresa recibir la notificación de aprobación – no porque dudara de los méritos de la farmacia, sino por lo ágil que fue”, apunta.
Hoy, Romero tiene al menos una certeza entre tanta incertidumbre: “Aunque no sabemos qué pasará, esto me permite seguir pagando la nómina al personal que ha estado tan comprometido con nuestro público. Eso me quita una presión gigantesca por los próximos dos meses, porque para mí es súper importante que ellos tengan su ingreso y sepan que van a estar seguros”.