Por: Marta Michelle Colón, fundadora de Buena Gente
Hoy más que nunca, necesitamos aprovechar nuestra destrezas profesionales e inteligencia emocional – la habilidad de proyectar lo mejor de nosotros, demostrar empatía, tener una actitud positiva – elementos esenciales que aseguran seamos productivos, efectivos y logremos mayor ventaja competitiva.
Algunas a considerar son:
Enviar notas de gracias
¿Qué pasó con agradecer el tiempo de otros, un regalo, información, un favor y hasta una entrevista? Si queremos mayores oportunidades, necesitamos dar las gracias, aunque estemos ajorados. Podemos hacerlo por correo electrónico, texto, una llamada y la mejor forma, una nota a mano. Nos diferencia y proyecta atención a detalles.
Asegurar la regla del elevador
No discutas tus opiniones, impresiones o problemas en el elevador. No afectes tu reputación o posibles oportunidades por hablar asuntos privados en áreas públicas, especialmente cuando no conoces a los que están a tu alrededor.
Enfócate en la cara, no en la pantalla
En estos días es bien fácil distraernos. Tenemos una plétora de estímulos que nos mantiene ocupados – correos electrónicos, textos, llamadas, redes sociales. Y peor aún, nos han hecho pensar que, si hacemos todo a la vez, somos más eficiente y productivos.
Cuando estés en una reunión o escuchando a alguien, no estés pendiente al celular. Presta atención.
Sé puntual
¿Por qué la gente insiste en escribir “De Camino” cuando van a llegar tarde a una reunión o compromiso? La falta de puntualidad demuestra desorganización, pobre manejo de tiempo y poco respeto propio y por los demás. Proyectemos lo mejor de nosotros. Puntual es 10 minutos antes de la hora citada, temprano es 20 minutos antes.
Evitar auto-eliminarte
Nuestra comunicación siempre debe ser positiva, asertiva y clara. Por alguna razón, tendemos a usar palabras tales como; Pero, Creo, Pienso, Me parece. Siempre sonará mejor y serán más efectivas, palabras tales como; Yo sé, Yo entiendo, Observé, incluso reemplazar, pero, por, Sin embargo. El uso de palabras negativas con frecuencia, reducen fuerza a nuestros planteamientos.
Sonríe
Es una conducta sencilla – que continuamente olvidamos por la prisa, la tensión, o nuestro estado anímico. Datos indican que cuando nos sonreímos aseguramos mejor salud física y emocional. Además, nos propicia mejor interacción con nuestro alrededor. Asegura practicar tu sonrisa por 21 días – la convertirás en hábito. Y si te da trabajo sonreír, ubica la lengua debajo del paladar y parecerás que estarás sonriendo. ¡Practícalo, verás que funciona!
Vela tu lenguaje corporal
Mientras almorzaba en un espacio muy frecuentado en Hato Rey, observé varias personas casi acostadas en sus sillas mientras conversaban, gente caminando arrastrando los pies (pobre de los zapatos) y jorobados como si cargaran una mochila llena de piedras en su espalda. ¿La gente está consciente de cuánto dice nuestro lenguaje corporal? ¿Cuánto afecta las interacciones con clientes, compañeros de trabajo y oportunidades futuras?
- Párate y siéntate derecho: Parados correctamente lucimos mejor – nuestras abuelitas tenían razón cuando nos decían “párate derecho, cabeza mirando el horizonte y hombros hacia atrás”. Sentados – ambos pies siempre deben ir en el piso y los brazos a los lados, nunca reposando cruzados encima de los muslos.
- Mantén contacto visual positivo: Necesitamos mantener contacto visual entre 50 a 60% de la interacción con otros. Se olvida porqué estamos pendientes a qué vemos en el celular, a quién vemos pasar, o simplemente somos tímidos. Una técnica sencilla es mirar los ojos de la otra persona el tiempo suficiente para darnos cuenta de qué color son.
- Habla con las manos: Cuando incorporamos gestos en las interacciones, el contenido verbal mejora y el uso de rellenos como “ums” y “uhs” desaparecen. Lo ideal es que las manos hablen debajo del pecho, abiertas y semi-abiertas, para evitar que luzcamos agresivos o abrasivos.
- Reduce gestos de nervios: Cuando estamos nerviosos o con mucha tensión, movemos los pies, jugamos con el bolígrafo, el pelo, las uñas – y automáticamente perdemos credibilidad. La calma proyecta confianza.
Cuando practicamos estas destrezas y desarrollamos estas cualidades al máximo, se convierten en una fórmula mágica que propicia mayor éxito personal y profesional.
Sobre la autora:
Marta Michelle es una estratega de innovación empresarial enfocada en impacto social, con vasta experiencia en gobierno, organizaciones sin fines de lucro y la empresa privada. En el sector privado, se ha especializado en el diseño, desarrollo e implantación de proyectos de innovación, liderar iniciativas de cambios sistemáticos e identificar nuevas oportunidades de negocio.
Buena Gente es una plataforma que provee a individuos y organizaciones mayor éxito, proveyendo destrezas para asegurar alto rendimiento, optimizar productividad y aumentar su ventaja competitiva.