Por: Mariano Parlato
Dentro de los desafíos que experimenta Puerto Rico, no existe otro tan claramente marcado y condicionado por nuestra posición geográfica y territorial como lo es el que presenta la decisión de exportar un producto o servicio. La esencia de la exportación está en la decisión que nace como un proceso interno desde lo más profundo de las personas que dirigen un negocio. Porque la exportación en sí misma es la respuesta y el efecto en resultados a la pregunta dirigida al mismo núcleo del negocio sobre qué tiene que ofrecerle mi empresa al mundo.
Si queremos establecer una hoja de ruta o pasos para ir madurando la decisión de exportar, debemos decir que no existe la fórmula perfecta. Pero sí es importante tener en claro que las dos primeras preguntas que debe responderse a sí mismo un potencial exportador son las siguientes:
¿Qué tiene mi empresa para ofrecerle al mundo? Y de inmediato: ¿Qué busca el mundo en la industria en la que mi negocio está?
Por último, repetidamente se escuchan voces que expresan que por su realidad política limitante en algunos aspectos, Puerto Rico no puede firmar acuerdos comerciales con otros países del mundo. Dicha afirmación, se refiere a que Puerto Rico tiene imposibilidad de negociar por sí mismo acuerdos comerciales con otros países, pero sí participa de todos los tratados internacionales existentes entre Estados Unidos y los demás países del mundo. Por lo tanto, aquellos países que cuentan ya con tratados y acuerdos comerciales firmados con los Estados Unidos debieran ser el primer foco de todos los esfuerzos de exportación.
La actual coyuntura económica que atraviesa Puerto Rico nos obliga a hacer un esfuerzo exportador coordinado y sostenido en el tiempo para sentar las bases de un largamente esperado crecimiento de la economía y trascender nuestras fronteras.
Sobre el autor:
Mariano Parlato es Gerente de Proyectos de Truenorth Corporation, miembro y pasado Presidente del Puerto Rico District Export Council.