El capitán Carlos Benítez, fundador de Benítez Aviation y Puerto Rico Helitours, tuvo un humilde comienzo en Toa Alta y Bayamón. Su perseverancia y dedicación lo han convertido en un referente en la industria de la aviación en Puerto Rico. Su historia es una mezcla de determinación, pasión y una serie de consejos valiosos para los emprendedores que buscan trazar su propio camino.
Un comienzo humilde y determinado
Carlos Benítez nació en Toa Alta y creció en Bayamón en el seno de una familia unida y de apoyo mutuo. Desde joven mostró una inclinación por los retos y el liderazgo. “Era un joven bien inquieto… siempre buscaba retos en todo lo que hacía,” recuerda Benítez. Esta actitud inquieta y su deseo de superar desafíos fueron clave en su futuro éxito. A los 17 años, Carlos tuvo que tomar un camino distinto al de sus compañeros. En lugar de ir a la universidad, tuvo que enfrentar la responsabilidad de ser padre, lo que lo impulsó a iniciar su primer negocio: un carrito de hot dogs llamado Massamba Burger en Bayamón.
Este emprendimiento temprano no solo le permitió mantener a su hijo, sino que también le enseñó lecciones valiosas de vida. “Creo que en los diferentes procesos de la vida uno va aprendiendo muchas cosas… momentos de cosas buenas y momentos de cosas no tan buenas,” reflexiona Benítez.
Después de su experiencia con el carrito de hot dogs, Benítez ingresó al mundo de la banca gracias a un cliente que creyó en su potencial. “Un cliente mío que iba con frecuencia a comer a mi carrito de hot dogs me decía, ‘Tú tienes un talento diferente, vente a trabajar conmigo al banco’ y me llevó a trabajar con él,” cuenta. Esta experiencia en la banca le enseñó la disciplina corporativa y le proporcionó mentores importantes, como Felipe Flores, quien le ofreció consejos que aún valora.
El camino a la aviación
Su carrera dio un giro inesperado cuando, al ir a sacar un certificado de buena conducta, vio un anuncio de reclutamiento de la Policía. “Cuando me di cuenta de que un cadete de la Policía ganaba más de lo que yo ganaba en la banca, me dije: esta es mi oportunidad,” explica. Así, Carlos Benítez se unió a la Academia de Policía de Puerto Rico, donde recibió un entrenamiento riguroso y adquirió ética de servicio y disciplina. Después de su graduación, fue asignado como retén a la unidad aérea de FURA, donde su vida cambió radicalmente.
En la unidad aérea de la Policía, Carlos encontró un nuevo mentor en el teniente Santiago Ginés, quien lo inspiró a convertirse en piloto. “Chago [Santiago] me dijo, ‘Es bien importante, Benítez, que tú estés aquí en la unidad porque en varios años se van a retirar varios pilotos… te van a considerar el primero si tienes la licencia privada de helicóptero’.” Con el apoyo de su entonces novia y ahora esposa, Belkys Pérez, quien le facilitó un préstamo, Carlos vendió su carro y se fue a Estados Unidos a formarse como piloto.
Este fue solo el comienzo de un arduo camino de más de cinco años de estudios y entrenamiento que lo llevaron a convertirse en piloto profesional. Su tiempo en la Policía, donde voló helicópteros en misiones de rescate y patrullaje, le proporcionó una invaluable experiencia que forjó su carácter y habilidades.
Emprendimiento en la aviación
La carrera de Carlos en la aviación privada tomó vuelo cuando empezó a atender a artistas del género urbano, siendo su primer cliente, Don Omar. Al encontrarse con los prejuicios de otras compañías de aviación que no querían ofrecer servicio a estos artistas, Carlos se dio cuenta de una necesidad desatendida en el mercado: el servicio de transporte aéreo para el género urbano. “Yo tenía la visión y comencé a alquilar un helicóptero para darle servicio al género urbano,” comenta.
Su perseverancia y capacidad de identificar oportunidades le permitieron fundar Benítez Aviation. Sin embargo, el crecimiento de su empresa no estuvo exento de desafíos, especialmente durante la crisis económica. Oriental jugó un papel crucial en su crecimiento. “Recuerdo que abrí mi cuenta comercial de Benítez Aviation con 500 dólares, los últimos 500 dólares que me quedaban de mi sueldo.” Cuando el negocio comenzó a crecer, la aprobación de una línea de crédito por parte de Oriental fue un punto de inflexión. La línea de crédito que Oriental me aprobó fue como un salvavidas para mi corporación,” destaca Carlos. “El dinero es importante, pero el que alguien crea en ti es más grande que cualquier cosa en la vida,” afirmó.
La relación de Benítez con Oriental ha sido un pilar en su éxito empresarial. Desde abrir su primera cuenta comercial con los últimos $500 que tenía, hasta recibir apoyo financiero crucial en momentos críticos, Oriental ha sido un socio inquebrantable. “Oriental creyó en dos jóvenes puertorriqueños con un sueño de lograr algo en la vida,” afirma con gratitud.
Consejos para emprendedores
Carlos Benítez ofrece consejos esenciales para aquellos que buscan iniciar su propio negocio. Su mensaje principal es claro: “Comienza y cuando tengas momentos difíciles, comienza otra vez. Y cuando se ponga más difícil aun todavía… comienza otra vez. Que jamás se te vayan esas ganas de volver a comenzar, de volver a darle, de volver a trabajar duro, de volver a cumplir esa misión y que nada ni nadie robe tu visión. No importa lo que pasa en el camino, uno tiene que ver el producto final, no mires el proceso, porque el proceso es lento, es arduo, da dolor, da satisfacción muchas veces y te pones contento muchas veces. Pero ese comienzo es importante y jamás, pero jamás de los jamases, olvidar donde comenzaste y que jamás, jamás, de los jamases te quites por nada del mundo. Continúa. Al otro día, el sol sale… Otro día nuevo”.
¡Sí se puede!
Hoy, Carlos no solo es un piloto y empresario exitoso, también es un modelo a seguir para muchos jóvenes emprendedores. Su historia de superación y éxito en la aviación es una inspiración y un testimonio de lo que se puede lograr con determinación, apoyo y una visión clara. Para aquellos que sueñan con emprender en Puerto Rico, el capitán Benítez es un vivo ejemplo de que, con pasión y perseverancia, los sueños pueden volar alto. Su historia no solo inspira a otros emprendedores, sino que también resalta el potencial de Puerto Rico como un lugar donde los sueños se pueden realizar.
“En Puerto Rico se puede hacer negocio. En Puerto Rico, sí se puede hacer negocio. ¿Por qué? Nosotros tenemos una de las mejores islas del Caribe, nosotros tenemos una isla que es maravillosa, nosotros tenemos una isla con un talento, tenemos una isla que nos da tanto. Siempre hay situaciones en la isla, pero hay situaciones en todos lados del mundo, pero yo soy de aquí. Yo creo en mi isla, yo creo en lo que mis padres me enseñaron. Sí, se puede hacer negocio en Puerto Rico, hay que tener perseverancia, disciplina y enfoque para que puedas lograr lo que tú te propongas en la vida,” concluye Benítez.