La experiencia de Professional Sealing Devices
Son muchas las lecciones que Néstor Dávila ha aprendido en medio de la pandemia. Una de las más importantes es la relevancia de los procesos de planificación en un negocio.
Dávila está a cargo del Departamento de Ventas de Professional Sealing Devices, la empresa familiar que ha levantado con su padre y con su hermano, y que desde hace 20 años distribuye, instala y mantiene piezas para sistemas de bombeo. “Gran parte de nuestros clientes está en la industria farmacéutica. Como esa industria siguió operando, pues nosotros tuvimos que ajustar nuestros métodos de trabajo para seguir brindándole servicios”, cuenta.
“Por un lado, puedo decir que no fue tan difícil, porque estamos acostumbrados a protocolos de seguridad. Pero, por otro lado, fue todo un reto porque la carga de trabajo bajó y no sabemos qué enfrentaremos en los próximos meses. Las ventas han bajado, pero no queríamos afectar a los empleados. Nos ha llevado a reorganizar el servicio”, resume Dávila.
“Esto ha cambiado hasta nuestro reloj biológico. Como no podemos tener la oficina llena de gente, estamos reorganizando turnos; reincorporando personal con medidas de seguridad; programando servicios con los clientes; y todo eso dentro de las restricciones de horario de las órdenes ejecutivas”, enumera.
El gran reto de la nómina
Con una plantilla de 20 empleados, el equipo ejecutivo tiene como prioridad “no afectar a los empleados”, subraya Dávila. En las primeras semanas recurrieron a agotar licencias de vacaciones y enfermedad. “Pero eso tiene un límite, y no podemos pagar la nómina indefinidamente sin trabajo”, recuerda. En este punto tuvo un papel crucial Sugeiry Díaz, encargada de finanzas, quien tuvo a su cargo la investigación y planificación para que la empresa pudiera beneficiarse del Paycheck Protection Program de SBA.
“Soy bien meticulosa, así que busqué toda la información sobre las ayudas disponibles, y los posibles impactos para el negocio. Luego, contacté a nuestro oficial en Oriental, quien me explicó todo sobre su proceso. Busqué todos los documentos. Los envié y la aprobación fue rápida y fácil”, detalla Díaz.
Por su parte, Dávila comenta: “Esto fue un alivio, una salvación. Esto te da el espacio para preocuparte por lo importante: la salud de los empleados y echar el negocio a crecer. Irónicamente, la gran enseñanza es que éste ha sido el mejor momento para establecer un nuevo proceso de planificación. Ahora tengo el espacio emocional para prepararme más allá de las ocho semanas que cubre el programa de SBA”.