La decisión de ser dueño de un hogar o alquilar una propiedad es, por lo general, una determinación que dependerá del estilo de vida que deseas tener o la situación económica en la que te encuentres al momento de la adquisición.
La mayoría de los expertos en banca hipotecaria coinciden en que, al momento de analizar planes a largo plazo, la posesión de una vivienda figura como la principal interrogante en las personas.
La adquisición de una casa tiene múltiples ventajas sobre alquilar un lugar donde vivir. Por eso, existen varios hechos que colocan la compra como una estupenda opción más allá de brindar sentido de pertenencia y seguridad:
Cuando compras una propiedad, tienes el derecho de realizar todas las mejoras que desees.
Es sinónimo de una inversión que, si se hace correctamente, es para toda la vida. Además, ofrece estabilidad en tu futuro y el de tu familia.
Los impuestos e intereses que pagues sobre la residencia, los podrás deducir en la planilla sobre ingresos.
Evitas la presión e inestabilidad de estar renovando contratos y alzas en los pagos mensuales que son muy comunes en los alquileres.
Actualmente, las ofertas que ofrece el mercado en cuanto a financiamiento, hace que tu pago sea (en la mayoría de las ocasiones) menor que el pago del alquiler.
Podrás beneficiarte de los programas de incentivos gubernamentales, federales, municipales y estatales creados para subsidiar el financiamiento de tu residencia principal.
No olvides que el primer paso antes de comprar una casa, es una entrevista con tu banquero hipotecario para asegurar que este sea el momento ideal para comprar. El representante te dará varios “tips” para que conozcas de primera mano tu capacidad de pago y alternativas de financiamiento a las cuales cualificas teniendo en cuenta tu puntuación de crédito.
Por otra parte, en la etapa en la que apenas comienzas a construir tu vida (independizarse, convivir con tu pareja o la llegada repentina de un hijo), alquilar una propiedad es la alternativa por excelencia. Algunas de las ventajas:
Cero ataduras. El alquiler de una propiedad te da la oportunidad de evaluar y conocer el área donde vives. Si no te gusta, tienes la facilidad de cambiar de sitio cuantas veces desees.
Fácil manejo del espacio. Dado a que puedes cambiar de hogar cuando desees, el ajuste del espacio es mucho más fácil. Separar un cuarto para el bebé y llevar la oficina a la casa, son un ejemplo de ello.
Expansión profesional. Seguramente estarás pensando que una cosa no tiene que ver con la otra. Lo cierto es que sí; tiene mucho que ver. Por ejemplo, si surge la oportunidad de ir a trabajar al extranjero lo único que tendrás que hacer es efectuar una cancelación de contrato de arrendamiento sin la necesidad de sentirte atado a un hogar.
Ahorro de dinero. Tener un hogar conlleva el pago de impuestos. Si es una urbanización, debes agregar gastos de mantenimiento. La suma de estos costos puede exceder los mil dólares. En una propiedad alquilada no tendrás que pagar ninguno de los antes mencionados y es dinero que te sobra para otras cosas.
En fin, llegó el momento de tomar la decisión. ¿Comprar o alquilar? Ten presente que no existe una opción mejor que otra. Todo depende la etapa y necesidad de cada individuo. Si ya estás listo para dar el paso y obtener tu hipoteca, aquí te orientamos cómo prepararte para la compra de tu primera vivienda.
