Hoy emplea a 135 personas, exporta a 35 países y es líder en la industria de reciclaje de aceites usados. Pero el origen de Olein Refinery (y productos aliados como Cristal Products y Brava Motor Oil, entre otros) está en un negocio familiar dedicado a la pasión por los autos.
Don Enrique González fundó Kupey Auto Distributors para vender y distribuir artículos para el mantenimiento y cuidado de carros. Su hijo, Jorge “Tato” González empezó a trabajar en la compañía todavía de adolescente, a cargo de rutas de entrega y de visitar a los negocios a quienes suplían. El interés del joven por el negocio lo llevó a relacionarse directamente con los clientes y observar sus prácticas y necesidades. Fue gracias a esta atención a los clientes que la familia González convirtió a la empresa en una de las más reconocidas en Puerto Rico.
Esta costumbre de tratar de entender las necesidades de los clientes y buscarle soluciones llevó a “Tato” a crear Olein Refinery en el 2005. Él identificó la necesidad de reciclaje de aceites de auto usados — no solo por ser un problema para gasolineras, mecánicos y otros usuarios, sino por el impacto ambiental del manejo inadecuado de este producto. Con la visión que le distinguió desde adolescente, “Tato” no quiso quedarse en el proceso de recoger el aceite para la quema (el proceso más común que se seguía), sino que se educó para identificar procesos de manufactura que le permitieran usar esos aceites como materia prima para otros productos, en Puerto Rico.
Actualmente, Olein Refinery, ubicada en Yabucoa, manufactura lubricantes de alta calidad mediante el uso de la tecnología más innovadora en la industria, los que distribuye a 35 países, entre ellos India, México y Colombia. Olein trabaja tanto sus propias marcas como productos lubricantes para marcas propietarias de otros países, según las especificaciones de empresas internacionales.
“Fue un proceso difícil que empezó nuestro equipo en el 2003, buscando la mejor tecnología. Hasta que encontramos una empresa en California y llegamos un acuerdo para adquirir su tecnología y montar en Yabucoa”, recuerda “Tato”.
Ha sido cuesta arriba no solo por la tecnología, sino por su empeño en dos cosas: que Olein trabaje el ciclo completo (desde el recogido hasta la manufactura del nuevo producto), para evitar que el aceite usado llegue al medioambiente; y, segundo, que la mayor cantidad de suplidores de Olein sean de Puerto Rico. Esto es, como él dice con orgullo, que las cajas, latas, plásticos, tapas y etiquetas de todo lo que produce Olein se compran aquí.
Más años de oxígeno y agua limpia para Puerto Rico
Olein Refinery y las empresas aliadas manejan sobre 900 productos. La compañía ha sido reconocida en varias ocasiones como Exportador del Año. Aun así, “Tato” destaca como una de las aportaciones más importantes el darle “más años de oxígeno y agua limpia a Puerto Rico”. Es que, según explica, cada galón de aceite que se recicla en lugar de quemarse le añade 3 años de oxígeno limpio a una persona. Si, como él señala, un cuarto de galón de aceite puede contaminar 250 mil galones de agua, sin duda el impacto de Olein va mucho más allá de ingresos y empleos generados.
Con el tiempo “Tato” se ha convertido en un promotor de la protección ambiental y de la urgencia de que los niños aprendan sobre estos temas desde pequeños. “No se cambia a un país de la noche a la mañana. Tendríamos que enseñar sobre esto desde primer grado. Porque los nenes son los que le enseñan a los papás sobre cuidar el ambiente”, destaca.
A la vez que insiste en estos temas, sigue en su campaña de que Puerto Rico produzca más para exportar. “Mi norte es seguir creciendo. Un país no es grande por su tamaño. Es grande cuando exporta, y cuando produce más que lo que importa de otros lugares”, apunta. De ahí que los próximos meses los dedicará a viajes de negocio por Guatemala, Costa Rica, Alemania y Las Vegas.
Un banco para exportadores
“Tato” explica que para un negocio de exportación las líneas de crédito son indispensables. “Los clientes pagan cuando la mercancía llega a puerto. Eso puede tomar mucho tiempo si hablas de América del Sur o India. Y a los recolectores de aceite aquí nosotros le pagamos al momento, para que se sientan incentivados a recoger y vendernos”, añade. Esto puede impactar el flujo de efectivo. “Pero Oriental creyó en nosotros y nos ha apoyado con nuestras líneas de crédito”, dice.
Oriental también ha trabajado con Olein en el financiamiento de su almacén. Y están analizando juntos un proyecto para mejorar el costo y la calidad de la energía eléctrica que consume la producción. Esto, porque “Tato” desea que Olein siga evolucionando. “Mi meta ahora está conectada a la meta original: no solo ofrecer un proceso para evitar la contaminación y crear productos que se exporten, sino que también este sea un lugar limpio en términos ambientales”.