Una de las consecuencias de la evolución rápida de la economía global ha sido la necesidad de repensar las definiciones que tradicionalmente se han usado en el comercio exterior. Esa necesaria redefinición aplica a la manera en que definimos las exportaciones y como las empresas tienen que atender el tema de las relaciones comerciales con otros países. Esto último es particularmente relevante en la exportación de servicios, en la medida que las plataformas cibernéticas como e-lance y otros portales, permiten el intercambio comercial entre individuos con mayor agilidad y efectividad.
Algunos cambios que han ocurrido en la forma de cómo visualizamos las exportaciones son las siguientes:
Intangibles. Lo primero que habría que mencionar es que la naturaleza de las exportaciones ha cambiado dramáticamente en los últimos años, ya que los intangibles representan aproximadamente la mitad del comercio exterior. Es decir, las tendencias globales apuntan hacia un aumento en la exportación de servicios y una reducción en la exportación de bienes, producto del cambio tecnológico que han vivido las empresas y la propia forma de hacer negocios. En esta categoría se incluyen los servicios de distinto tipo, como los financieros, educativos, ingeniería, la venta de tecnología y otros servicios avanzados. La exportación de intangibles se proyecta con el mayor potencial para Puerto Rico.
Cadenas de abasto. Un segundo cambio en cómo definimos lo que son exportaciones es la importancia que han adquirido las cadenas de abasto multi-nacionales como consecuencia de la dispersión de la producción y la creciente importancia del “outsourcing” como práctica. La implicación es que son bienes intermedios – no de consumo final – los que entonces asumen mayor importancia en el comercio exterior.
Transacciones intra-empresa. El volumen de transacciones que ocurren entre unidades de una misma empresa va en aumento, en parte por la propia naturaleza de los sistemas de producción multinacionales. En Puerto Rico, una parte importante de las exportaciones del sector farmacéutico son a unidades de la misma empresa en Estados Unidos y otros países, particularmente Irlanda.
Nuevas formas de integración. Tradicionalmente, cuando se hablaba de integración económica, la frase se aplicaba principalmente a zonas de libre comercio y a la necesidad de eliminar obstáculos arancelarios, o de otro tipo, al comercio de bienes. En la actualidad la integración económica se logra de muchas maneras: fusiones de empresas en diversos países, acuerdos de colaboración entre empresas para desarrollar productos y nuevas tecnologías, la división de tareas entre dos unidades de la misma empresa en países distintos y, por supuesto, la sub-contratación de funciones a empresas en otros países.
Lo anterior sugiere que las empresas en Puerto Rico tienen que replantar la manera como enfocan sus esfuerzos de inserción en la economía global. Un primer paso es acercar sus esfuerzos a la exportación de servicios, los cuales cuentan con varios incentivos estatales, en especial, aquellos estímulos que ofrece la Ley 20 de 2012. Además, deben incorporar, no sólo la promoción de las exportaciones como se han definido tradicionalmente, sino el desarrollo de iniciativas que permitan aprovechar los otros canales de inserción en la economía global. Para un mayor detalle sobre estos esfuerzos puede acceder la Guía de Exportación que recién publicó el Departamento de Estado en, http://estado.pr.gov/es/guia-de-exportacion/ .