Por: José Villamil, Estudios Técnicos, Inc.
Mientras la atención en Puerto Rico ha estado centrada en la crisis fiscal del gobierno y en el Plan Fiscal que se anunció recientemente, el mundo comercial ha continuado evolucionando a una velocidad asombrosa, particularmente en lo que a tecnología se refiere. El futuro de nuestras empresas, y por ende de nuestra economía, depende en gran medida en como adoptan esas nuevas tecnologías para crear valor para sus clientes.
La evolución de la tecnología ha sido extraordinaria y rápida en la informática y las bio-ciencias, por mencionar solamente dos áreas. Hace poco se hizo un perfil de la industria de Informática en Puerto Rico mediante una colaboración de Microsoft y Estudios Técnicos, Inc. El informe arrojó información muy interesante. La industria de la Informática local comprende unas 200 empresas mayormente puertorriqueñas, muchas de las cuales ya exportan servicios y tienen desarrollos de productos y servicios novedosos, algunos ya protegidos con patentes. Sus ventas sobrepasan los $1,000 millones. Lo importante de esta industria es que la misma se caracteriza por manejar una tecnología que es lo que se llama una tecnología facilitadora, eso es, una tecnología que permite el desarrollo de otras aplicaciones tecnológicas.
Los empresarios en Puerto Rico debe estar al tanto de que en la Isla existe ese caudal de conocimientos y aprovecharlos en sus empresas. El que tengamos una industria de Informática tan adelantada como la nuestra debe ser motivo de optimismo en cuanto al futuro económico del país. Ciertamente nos sitúa en una posición competitiva ventajosa frente a nuestros competidores en la región.
¿Cómo propiciar la integración de este sector con el mundo comercial? Lo que la industria ha logrado hasta el momento lo ha hecho con muy poco apoyo del sector público. En un momento en que el gobierno se muestra cada vez más limitado en lo que puede hacer, es positivo que la industria crezca y se fortalezca por su capacidad competitiva. En vista de la situación fiscal, que perdurará por años, esta no dependencia en el gobierno surge como una necesidad. Las organizaciones del sector privado deben poner en marcha programas que permitan a sus empresas, particularmente las pequeñas y medianas, a mejorar el acceso a estas nuevas tecnologías. De eso en gran medida depende su crecimiento y su futuro.